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¿Cómo saber si estás en una relación de abuso emocional?

¿Cómo puedo evaluar si mi relación es poco saludable?


A menudo, las personas que sufren abuso emocional no se dan cuenta de que se encuentran en esta situación porque no hay violencia física de por medio. Muchos podrían desestimar o minimizan el abuso emocional porque se ha normalizado y no se considera tan grave como el abuso físico, sin embargo no es así. El abuso emocional tiene consecuencias importantes y a menudo es difícil de identificar. Esta forma de maltrato deteriora el autoestima, la independencia y la integridad de una persona. No sólo es grave porque afecta al bienestar de la persona y puede llegar a ser mortal, sino también porque al sobreviviente se le ha hecho dudar de sí mismo para que piense que estos comportamientos son aspectos normales de una relación.



Aprender a identificar el abuso emocional es el primer paso para visibilizarlo (y alentar a otros) si alguna vez se encuentran en esta situación. Queremos que entiendas que estos comportamientos no son saludables, así que hemos reunido las etapas y señales de una relación emocionalmente abusiva.

 

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Un comienzo perfecto


Al principio, muchas relaciones abusivas son en realidad increíblemente románticas y aparentemente perfectas. Tu pareja te demuestra su atención y afecto. Son encantadores y te tratan de maravilla, no puedes evitar sentirte atraída por ellos. Sin embargo, los gestos románticos y los detalles pueden tener la intención de cautivarte y distraerte de lo que está por venir.


Se acelera el ritmo


La relación avanza muy rápidamente. Le siguen los sentimientos profundos y los deseos de exclusividad o de una etiqueta. Puede resultar abrumador, pero también increíblemente romántico y halagador. Se escriben y hablan constantemente; ¡es como si no pudieran tener suficiente! Puede que te sorprendan con una visita inesperada y que consideres estas cosas como muestras de afecto creciente. Este tipo de comportamientos pueden ser una muestra de intensidad, pero pasa desapercibido porque eso es lo que se nos ha dicho que es el amor y no es así.


Invade tu espacio personal

Al principio, la ¨protección¨ de tu pareja y cómo se ponen un poco celosos ante la idea de que estés con otra persona pueden sentirse bien. Sin embargo, estas conductas pueden escalar y convertirse en posesividad. Pueden comenzar a comportarse paranóicamente y a exigir que estés siempre accesible para ellos. Cada vez que te envían un mensaje o te llaman, esperan que respondas de inmediato. Quieren saber siempre, con quién estuviste y qué hiciste. Pueden llegar a inventar excusas para justificar su desconfianza o disgusto hacia tus amigos en incluso familiares. Justifican su comportamiento alegando que se preocupan por ti y por tu seguridad. La intensidad de la relación empieza a parecer más bien asfixiante, con tu pareja cada vez más apegada. En el proceso, empiezas a perder poco a poco el contacto con tus amigos y quienes te rodean, y la relación se vuelve abrumadora y agotadora.


Celos irracionales

Los celos de tu pareja comienzan a empeorar y empieza a sugerir que le eres desleal o infiel. En un esfuerzo por demostrarle lo contrario, te esfuerzas más por calmar sus temores: pasas menos tiempo con tus amigos, cortas la comunicación con cualquiera que pueda considerarse románticamente interesado y dejar de asistir a reuniones para evitar el conflicto. Actúan como si fueran víctimas, justificándose en una infidelidad en relaciones anteriores, una educación difícil o diferencias irreconciliables con personas cercanas a ti. En realidad, sólo intentan ocultar sus celos. Te aíslas cada vez más de tus sistemas de apoyo, como tus amigos y tu familia, y como resultado, te vuelves cada vez más dependiente de tu pareja.


Inestabilidad afectiva

Tu pareja se vuelve impredecible y la estabilidad de su relación se ve afectada fácilmente. Si no haces lo que dice o estás en desacuerdo con ellos, limitará el afecto y se comportará hostilmente.

Su amor se basa en tu disposición a conformarte con lo que quieren, y la falta de sumisión hará que se vuelvan fríos y distantes, o agresivos y furiosos. Utilizan el afecto como una táctica para controlarte. Te sientes como si tuvieras que ser demasiado cuidadoso cuando tratas con ellos para evitar ofenderlos, molestarlos o enfurecerlos; en otras palabras, tienes que manejar todo "con pincitas" cuando están presentes.


Evadir la responsabilidad

Todas las discusiones terminan contigo ofreciendo disculpas. De alguna manera, siempre es otra persona la culpable los problemas de tu pareja, y nunca aceptan la responsabilidad de los problemas de su vida. Te utilizan a ti y a los que les rodean como válvula de escape para descargar su ira. Con el tiempo, empiezas a pensar que la culpa de su irritación o de los problemas de la relación la tienes tú. Quizá si te esforzaras más en no molestarles, las cosas irían mejor y podrían volver a lo que era la relación al principio. Te tomas sus episodios emocionales como una prueba de lo mucho que les importas, porque si no les importaras, no se enfadarían tanto, ¿verdad?


Menosprecio

Las críticas son habituales en tu relación, y tu pareja ridiculiza tus hábitos de consumo, tu estilo de vida, lo que comes, bebes o tu aspecto. Cuando tratas de confrontar a tu pareja por ello, te encuentras con que te da largas: cuestiona tu versión del incidente, te hace dudar de ti mismo o te dice que estás exagerando o que estás "locx".




Actuar como si nada estuviera pasando

Tu pareja se muestra encantadora y agradable en público, pero a puerta cerrada se comporta de forma muy diferente. Sientes que nadie creería el maltrato que soportas debido a la persona que aparenta ser tu pareja ante los demás.


La culpa interminable

El abuso emocional es súmamente complicado. La situación puede agravarse a tal grado que tu pareja llegue a amenazarte con autolesionarse, con el suicidio o incluso con herir a alguno de tus seres queridos. Utilizan cualquier táctica de manipulación para evitar que termines la relación. Sientes que no te mereces nada mejor o que nunca encontrarás a nadie que se preocupe por ti tanto como ellos. Tu autoestima es baja y la idea de encontrar un nuevo amor no parece posible. Estar soltero parece desalentador y solitario y, además, ¿no deberías aguantar? Aunque haya peleas constantes, consideras que es normal estar en desacuerdo a veces. Te quedas con ellos porque crees que puedes salvarlos o hacer que cambien su forma de ser. Recuerdas los buenos momentos y lo maravillosas que fueron las cosas al principio, así que no te rindes todavía y te aferras a la idea de que las cosas cambiarán.


Si reconoces alguno de estos comportamientos en tu pareja o en las relaciones de quienes te rodean, debes saber que no es normal. Estos comportamientos se asocian muy comúnmente con una relación emocionalmente abusiva, el abuso físico no es la única forma de violencia, hay un conjunto de comportamientos que le anteceden.


 

La violencia escala


Las relaciones abusivas no inician siéndolo sino al contrario, comienzan con conductas violentas sutiles que empeoran progresivamente a medida que la relación continúa. Con el tiempo, el abuso emocional puede escalar hasta tener consecuencias irreversibles y letales, desde ataques verbales y la manipulación emocional, hasta abuso físico e incluso la muerte.


Reconocer que estos comportamientos poco saludables puede ayudarte a ti o a alguna persona que conoces a salir de una relación peligrosa. Si tu o alguien que conoces podría estar en una situación de abuso, puedes encontrar aquí una lista de recursos disponibles en tiempo real.


Únete y participa en Amor del Bueno para conocer más sobre las diferencias entre las relaciones saludables y no saludables.





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